Desarrolló un amor para dibujar a una edad muy temprana, el aprendizaje de habilidades básicas de caricatura de su padre y de la cultura popular en torno a él, como el Dr. Seuss y Walt Disney.
Haring experimentó con performance, el vídeo, la instalación y el collage, manteniendo siempre un fuerte compromiso con el dibujo. En 1980, Haring encontró un medio muy eficaz que le permitía comunicarse con el público más amplio que deseaba, cuando se dio cuenta de los paneles publicitarios sin usar cubiertos con papel negro mate en una estación de metro. Empezó a crear dibujos en tiza blanca sobre estos paneles de papel en blanco en todo el sistema de metro.
Entre 1980 y 1985, Haring produjo cientos de estos dibujos públicas en rápidas líneas rítmicas, creando a veces hasta cuarenta "dibujos" del metro en un día. Este flujo continuo de imágenes se familiarizó a los viajeros de Nueva York, que a menudo se detenía para involucrar al artista cuando lo encontraron en el trabajo. El metro se convirtió, como dijo Haring, un "laboratorio" para la elaboración de sus ideas y experimentar con sus líneas simples.
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